«Lala, ¿a dónde vas tan temprano?» preguntó su madre, quien acababa de salir de la cocina después de limpiar los restos del desayuno.
Lala ya estaba muy arreglada, con una mochila en la espalda. «Voy a visitar a Demian, mamá. Ayer tuvo un accidente y ahora está hospitalizado. ¿Puedo ir?» preguntó la chica con duda, sobre todo al ver la expresión de su madre. Parecía preocupada al escuchar la noticia sobre Demian, pero no quería que la relación entre ellos se distanciara aún más.
«Mamá, solo voy a visitarlo, lo prometo. No iré a ningún otro lugar y volveré directamente después de verlo», insistió Lala, rogándole a su madre que le permitiera ir. Prefería visitarlo ahora en el hospital, antes de que Demian regresara a su casa y se viera obligada a ir a su enorme mansión, o peor, ser retenida allí por la madre de Demian, Sarah.
La madre de Lala suspiró profundamente y, finalmente, le dio dinero para el pasaje en autobús, para que no tuviera excusas para demorar su regreso.
Lala tom