Capítulo 105

Los días que siguieron fueron un infierno helado. No un infierno de fuego y gritos, sino uno de silencios cortantes, de miradas que se evitaban y de una soledad tan densa que casi podía tocarla. En la oficina, Xander y yo nos movíamos como dos extraños, dos planetas que, tras una colisión devastadora, ahora orbitaban en trayectorias opuestas, condenados a sentir la gravedad del otro sin volver a tocarse. El muro de hielo que se había levantado entre nosotros era infranqueable, construido con ladrillos de dolor, orgullo herido y palabras que nunca debieron ser dichas; y yo sabía perfectamente que todo era mi culpa.

La calidez, la complicidad frágil que habíamos empezado a construir, esa tensión eléctrica que nos mantenía a ambos alerta… todo había desaparecido. En su lugar, había una profesionalidad gélida, una distancia calculada que dolía más que cualquier insulto. Nuestras conversaciones eran ahora estrictamente profesionales, transmitidas a través de correos electrónicos con un len
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP