Otra mañana más y aunque me había preocupado por lo que me dijo Dylan, dejé que las cosas pasaran.
En todo el tiempo que llevaba en el hospital nunca he llevado a Hanna, ese ha sido mi mayor secreto, bueno, salvo por la encargada de recursos humanos y el director general, a ellos no pude escondérsela, pues estaba el tema del seguro y los beneficios que implicaba trabajar ahí.
Mi pequeña cumpliría cinco años y ya era toda una señorita, éramos ella y yo contra el mundo y somos felices.
De mi familia no quise saber más, enterarme que quisieron darla en adopción cuando estaba en coma y que mi discusión con mi padre en la sala de emergencias había provocado todo, pero de la cuál hasta el día de hoy no recuerdo absolutamente nada, me hicieron cortar definitivamente los lazos con esas personas.
El día de hoy, Hanna había amanecido con fiebre y vómito, la examiné y suministré antipiréticos, le dije a Mary que le diera una dieta blanda y que si la fiebre no disminuía me avisara o lisa y ll