Devolviendo la mano.
-Hanna Sinclair-
Las palabras de mi hija y de Blue me habían dejado sin forma de responder y yo que pensaba que el escándalo que había pasado hace unos minutos atrás era la noticia más importante de la noche, pues no, al final el domingo de barbacoa terminó con esas declaraciones que nos tienen a Bruno y a mí sentados en su auto, rumbo a nuestro hogar y con ellas resonando en mi cabeza y me imagino que en la de él.
Después del magistral portazo que ha dado Bruno para subirse a su auto, ninguno de los dos ha dicho absolutamente nada en todo el camino, era un silencio ensordecedor. Bruno estaba molesto y yo estaba... ¿Cómo mierda estaba? No tengo la más mínima idea, esto que acaba de pasar no me lo esperaba. La verdad todo esto me superaba. Mi hija adolescente, sí, mi hija nos había regañado como niños chiquitos delante de la familia y, aunque la vergüenza me embargara, tenía un buen punto, ambos en todos estos años no habíamos cedido en nada, salvo en darle un hogar a ella.
Estos años