Resoplo agotada entre sus brazos.
—Déjame ya… —Me agito con fuerza, pero él se niega a soltarme.
—Ya deja de moverte. —Niega y me recuesta sobre el asiento del auto.
Pongo los ojos en blanco y maldigo por quinta vez a Dara Scott.
—Te llevaré a la clínica para que te curen, así que mejor guarda silencio. —Su voz grave y autoritaria me hace reír en vez de producir algún temor.
—Puedo ir yo sola y no mantener silencio. Nunca me ha gustado tener la boca cerrada. Mejor ve y calma a tu gatita. —Me cruzo de brazos, riendo de nuevo con sorna.
Sí así araña, ya me imagino cómo tendrá la espalda este idiota.
Derek resopla molesto.