Creo que las copas de aguardiente y las piñas, se me están subiendo a la cabeza.
Camino tambaleándome hacia un sofá esquinero, cerca de la pista de baile. Me recuesto allí y de inmediato tengo a dos hombres a mi lado. Se acercan juguetonamente a mi cuello y comienzan a besarme la piel con parsimonia. Me río, puesto que eso me produce cosquillas y en un momento dado, placer.
De pronto abro los ojos y encuentro la mirada de Derek clavada en mí. Observa a los hombres de una forma amenazante, por lo que ambos me sonríen antes de marcharse.
Lo miro molesta. ¿Ahora también se encarga de quitarme la diversión? Me levanto e intento pasar por su lado con éxito, pero me empuja de nuevo sobre el mueble.
—¡Carajo Derek! —grito cuando lo te