La hembra poseía un cuerpo delgado y sus ojos lo miraban con un recelo, Nate levantó las manos e hizo un gesto indicando la serpiente detrás de ella.
Cuando giró vio con el horror al animal muerto, y pareció comprender el peligro que la acechaba.
Ella se cubría con un fino tejido, y Nate vio el enrojecimiento en sus mejillas, para que se sintiera cómoda se volvió hacia atrás.
— ¿Llevas mucho tiempo ahí? — preguntó ella.
Él sabía muy bien lo que ella deseaba saber, quería saber si él la estaba observando y Nate respondió:
— Acabo de llegar, vi la serpiente y actué.
Cuando terminó de vestirse dijo:
— Date la vuelta.
Nate se volvió hacia ella, que llevaba un vestido azul claro y su cabello estaba húmedo a su alrededor.
Su mirada era firme cuando exclamó.
— Sé que mientes, me estabas observando, sabes que estoy prometida a otro, te agradezco por salvarme la vida, pero eso es todo.
Nate se rió, porque claramente ella no sabía quién era, porque si lo supiera, no diría eso.
— ¿Cómo te llamas