Durante un breve instante, Máximus se permitió observar a la gran multitud que había asistido.

Por primera vez en su vida, la plaza principal de Arcanis se encontraba a reventar, estaba convencido de que, muy seguramente, toda la ciudad estaba presente.

Sin decir una sola palabra, Máximus observó a su alrededor, y cuando un potente resplandor plateado emanó en sus grises ojos, la gente que tenía sillas volvió a sentarse, el resto, mantuvo su mirada clavada en el rey.

―Lobos de Arcadia ―dijo Máximus con voz, aunque firme, amable ―No saben la alegría que siento al poder encontrarme aquí nuevamente frente a todos ustedes, su fe y confianza es lo que lo ha hecho posible ―dijo sonriendo cuando la gente comenzó a aplaudir con emoción ―La asamblea del día de hoy, tiene como finalidad contarles toda la verdad que hay detrás de mi desaparición y la de mi primogénito hace ya casi veinticinco años, y, sobre todo, la de presentarles a toda mi familia y a sus futuros reyes ―

Expectantes, la gente