¡Ay! — dijo Eleanor en un suspiro — No se por qué esto resulta tan… ¡exasperante! — Paul, mordió una porción de pizza y casi la escupe de la risa.
Niña… ¿nunca pasaste de normalita verdad?
Perdón — dijo tirandole una servilleta — ¿qué significa eso de normalita?
Bueno — tragó con dificultad — es que… estas fiestas tendrían que vetarse a niñas tan simples como tu.
Perdón señor de alta sociedad… — dijo con sarcasmo — si no supiera que estas diciéndolo en broma, ¡te mandaría mi mejor hechizo!
¿Cuál?
El mocomurcielago… — risas— Aunque la verdad, tienes razón… Soy un desastre. No sirvo para esto.
No te desanimes — dijo Paul tomándole la mano. Eleanor le devolvió el gesto — es normal… ¿Cómo celebraban las Navidades en tu casa? — Eleanor sonrió con melancolía.
Bien… Mi madre se levantaba bien temprano para empezar a cocinar… le encantaba hacer un montón de comida para que todos estuviéramos contentos. — rió — mis hermanos son de buen comer…
¿Buenos tragones? — risas. Eleanor asintió.
Mi padr