-Este lugar es asombroso -dijo Oshin, y sonreí, sintiendo el calor de sus palabras recorrer mi cuerpo como una caricia. Había algo especial en cada momento que compartíamos, algo que me hacía pensar que quizás las cosas entre nosotros no eran solo un capricho pasajero.
-Es mi línea -murmuré, y al hacerlo, sentí un suspiro escapando de mis labios, mientras mi mirada se perdía en el cielo.
Garret. Garret... De repente, su nombre inundó mis pensamientos con una intensidad inesperada. No podía evitarlo, su rostro, su voz, su presencia... todo de él estaba grabado en cada rincón de mi mente. Eso me hizo fruncir el ceño, intentando deshacerme de esa imagen tan persistente que no dejaba espacio para nada más.
-Nadie, además de Connor, Garret y yo, puede acceder a ella a placer... -dije, con una mezcla de inseguridad y determinación. Al final, tenía mis razones para tomar esa decisión, pero no dejaba de preguntarme si había sido la correcta.
-Aquí hay cocina, yo sí tengo hambre... -añadí