Capítulo 58. Inevitable
Demian caminaba, yendo y viniendo nervioso, en la sala de su enorme y solitaria residencia.
Estaba sin duda en una disyuntiva compleja, incapaz de tomar una decisión.
Por un lado, si ayudaba a Miguel Murano, se expondría directamente frente a Yuri, revelando que había estado negociando con el traficante a sus espaldas y boicoteando a Mikhail a pesar de las repetidas advertencias. Sería un enfrentamiento abierto y no tendría dónde esconderse.
Pero si no lo ayudaba, su aliado finalmente caería bajo la fuerza de Kasparov y entonces él perdería el escaso apoyo externo a Zorro Blanco que pudiera recibir, y quedaría con pocas opciones disponibles, por no decir ninguna.
Se inclinaba a ir hasta la casa de Murano, motivado por el odio, arremeter contra las fuerzas de su oponente y darle luego el tiro de gracia a su entrometida esposa, pero lo frenaba una fuerza muy poderosa y que lo avergonzaba: era un cobarde.
No deseaba luchar cara a cara con su adversario, porque le tenía un miedo atroz q