Capítulo 36. Destellos.

Recordé la vez que me caí queriendo aprender a conducir una bicicleta, ella se acercó y me limpió mis heridas, animándome a no rendirme por esa caída, recuerdo lo feliz que me sentía y también que al crecer jamás volví a sentirme de esa manera. ¿Cuándo cambió todo entre nosotros? ¿Cuándo comenzamos a ser un par de desconocidos? No podía entender nada en ese momento, mis sentimientos eran tan confusos y frágiles que sentía que ni siquiera me conocía. El camino al hospital fue el recorrido más largo que había hecho, sentí que las calles se alargaban cada vez más y en mi desesperación comencé a sentir que me faltaba el aire. Tomé aire para controlarme, las cosas comenzaron a dar vuelta a mi alrededor, perdería la consciencia si no me tranquilizaba y eso era lo que menos ayudaría a mi madre en

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