Habían pasado unos pocos días desde aquello, nuestra relación en el trabajo era demasiado fría, más de lo habitual, y eso me preocupaba. Él apenas hacía bromas, y eso no era normal en él. Así que me tenía algo intranquila.
Aquel día teníamos entrenamiento en la agencia, él se reía con sus compañeros y suponía que también eran sus amigos, mientras yo saludaba a Meryem.
Llevaba el pelo recogido en una coleta y ropa cómoda para pelear, ya que era lo que solíamos hacer allí en días como aquel.