- Es mi amigo – comenzó Lian, dejando claro que él y yo no teníamos ninguna relación. Pero Tae Sang no parecía estar dispuesto a dejar todo aquello tan fácilmente, y seguía mirando furioso hacia mi esposo.
- ¿en serio? – Preguntaba Jaime, sin poder creer que así fuese todavía – en tal caso, deberíamos ir a tomarnos algo los cuatro.
- No creo que sea una buena idea –admití, mientras mi esposo miraba hacia mí, como si me acusara de algo.
Nos encontrábamos en una cervecería cercana, Jaime y yo, y Lian y Tae Sang.
Bajé la mirada, mientras echaba mi cabello hacia un lado con nerviosismo (era algo que solía hacer a menudo), notando como Tae Sang me miraba de reojo.
Agarré mi zumo vegetal y di un sorbo, intentando disimular mi nerviosismo. Podía notar cómo se me erizaban los pelos de la nuca, aquello no era sólo temor a ser descubierta