Capítulo 101
En contraste con la armonía de Serenity Villa, el aire en la residencia de Evans estaba cargado de tensión.
Leivy, Emma y Elizabeth tenían el mismo aspecto sombrío. Aterrorizadas, las criadas mantuvieron la distancia y se escondieron. Emma se giró hacia Leivy y preguntó entre dientes: "¿Qué hacemos ahora? Solo nos dio tres días".
Si Ethan se negaba a ceder, la familia Evans sería condenada.
Elizabeth estaba sentada en un pequeño sofá aparte, frente a sus padres. La tristeza brilló en sus ojos, pues ciertamente no esperaba que Amaloa se volviera tan ambiciosa al despertar.
Los Brown no solo sentían resentimiento hacia Elizabeth, sino que ni siquiera podía encontrarse a Ethan. Peor aún, Amaloa pretendía apoderarse de toda la familia Evans.
Con cara de pocos amigos, Leivy refunfuñó con aspereza: "¿Qué más podemos hacer? Claro que tenemos que..."
—¡Papá! —interrumpió de repente Elizabeth.
Su corazón dio un vuelco al encontrarse con la fría mirada de Leivy. Continuó con cautel