Alejandro se detuvo, dejando de empacar por un segundo. Se acercó lentamente, sus pasos apenas audibles en la habitación silenciosa. "No tienes que agradecerme, es mi responsabilidad cuidar de ti, y no sé, la lista de enemigos para alguien que maneja mucho dinero como yo, pues si me llueven enemigos, pero no los conozco y siento que están en cualquier parte, y de Héctor si se, pero para mayor seguridad le pedí a Héctor que no se comunicara contigo, hasta nuevo aviso" dijo, su voz baja y grave, pero llena de una suavidad que ella no esperaba. "Lo hago porque quiero. Porque tú... importas."
El corazón de Luciana dio un vuelco. Estaba a punto de responder, de decir algo, pero las palabras no salían. Solo podía mirarlo, con los ojos llenos de algo que ella no había permitido sentir en mucho tiempo.
Y en ese momento, supo que, a pesar de todo lo que había pasado entre ellos, algo más profundo estaba naciendo en su interior.
Justo cuando Alejandro estaba a punto de acercarse un poco más, el