Alba despertó temprano, a las 6am. Tenía varias llamadas de Marco y también varios mensajes, con nervios y aún algo dormida, sin siquiera leer los mensajes de Marco, lo llamó apresuradamente.
— Marco, Hola, por fin nos logramos comunicar te estuvo escribiendo ayer — Dijo ella apenas supo que Marco contestó la llamada.
— Alba, ¿fuiste a Canadá? — Dijo él con una voz baja y sombría.
— ¿Quién te lo dijo?
— Alba, yo regrese, estoy en nuestra ciudad. Vine a verte por vacaciones.
— ¡No puede ser! Marco yo estoy aquí, en un hotel cerca de tu universidad.
— Esto es terrible Alba, quisimos sorprendernos y... Si que lo hicimos.
— ¿Qué hacemos ahora? — Dijo Alba con el llanto a punto de brotar de sus ojos.
— No lo sé, creo que lo mejor ahora es que regreses.
— Esto es terrible, no sé qué… que fue lo que nos pasó.
— Hemos perdido la comunicación, creo yo.
— No digas eso, es decir, tú eres quien ya no me escribe ni me llama como antes. No sé qué ocurre.
— Alba, yo solo quería darte tu