NOTA: Esta conversación tiene lugar apenas segundos después de que nuestra protagonista femenina ascienda a la segunda dimensión. El tiempo funciona de forma diferente aquí. Sin embargo, esta conversación es importante para que los lectores comprendan lo que está a punto de suceder poco después.
El lobo dio un paso adelante. El pelo de su piel se movía como melaza. Cada pata se movía como algas en el agua. Hermoso y hipnótico. No habló, pero pude oír sus palabras alto y claro. No lo entendí del todo, pero tampoco me preocupó demasiado.
"¿Sabes que tu madre estuvo aquí la última vez?", me dijo la criatura. "Se paró justo donde estás ahora. Cubrió un charco de su propia sangre. Sin embargo, lo único que hizo fue pensar en ti."
Miré al suelo. La tierra estaba llena de arena fina. Cada pedazo parecía vidrio triturado. Pensar en ese horrible recuerdo una vez más no me trajo más que sufrimiento. Tragué saliva y contemplé la belleza etérea que tenía ante mí. "Por eso estoy aquí", reflexioné.