15. Escape y Persecución
"¡Oh, lo siento mucho!" Dafe se sobresaltó por la repentina reacción de enfado de Laura cuando pasó su brazo alrededor de ella.
Solían hacer eso todo el tiempo.
Pero Dafe no fue el único sorprendido; Laura también se quedó helada en su sitio, sin saber por qué había reaccionado tan fuertemente.
"¡Lo siento, Dafe! Yo solo..."
"No, es mi culpa, Laura. Olvidé que ahora somos adultos. Debería haber límites entre nosotros, no es como solía ser. De todos modos, vamos a casa. Mi familia probablemente te está esperando".
Dafe hizo un gesto para que Laura caminara delante hacia el coche.
El viaje de vuelta fue tranquilo al principio, pero Dafe intentó aligerar el ambiente, preguntándole a Laura qué había estado haciendo últimamente. Lentamente, la risa volvió a su conversación, aliviando la incomodidad entre ellos.
Cuando llegaron a una gran casa blanca, Laura quedó asombrada por su elegancia.
"Hola, Laura. ¿Cómo has estado, querida?", preguntó una mujer de unos cincuenta años, abrazando cálid