Capítulo 11: Charlas y secretos.
— Y se lo agradezco, su alteza. —
—Y-Yo… —
Henrick, en ese momento, por primera vez en toda su vida, se sintió vulnerable, y expuesto. Un sonrojo pronunciado se dibujó en su rostro, y rápidamente se levantó para caminar hacia la ventana.
Bernadette miró su entorno. La enorme habitación de altos techos y tapiz rosado, parecía demasiado silenciosa. Sintiendo un pinchazo en el dorso de su mano, notó la intravenosa y posteriormente el suero que estaba conectado. No recordaba nada de lo ocurrido, salvó haberse sentido demasiado mareada antes de perder el conocimiento.
— ¿Qué fue lo que me ocurrió? — cuestionó más para si misma que para el futuro Duque de Devonshire.
Henrick miró en dirección hacía los jardines de rosas blancas, y forzando sus nervios a recuperar el control, carraspeó para aclarar su garganta.
— Te desmayaste, el médico dijo que habías sufrido un envenenamiento a causa de ese liquido que vertieron sobre los rosales. Si te sentías mal, debiste decirme. — reprochó.
Berna