—Aún no puedo creerlo —dice Titán. Está furioso.
—Papá, cálmate, te hará daño —pide Alan al hombre que no deja de caminar por la sala de su casa.
—Cariño, escucha a Alan —pide su esposa, Valentina Novak.
—¿Y si mi nieto no es mi nieto? —reclama Titán.
—Mi hijo no va a cambiar de padre sin importar lo que ocurra. Su madre y yo nos quedaremos con él —asegura Alan cuando el pequeño comienza a llorar.
—Desearía que Alma pudiera estar con nosotros —dice Valentina mientras saca al pequeño de la carriola—. Esto de separarnos por apellidos me parece algo tonto y anticuado.
—Lo sé, ella estaba muy triste por lo que le pasó a Li y a Kiara. Y después de eso, sumar que sus sobrinos no son de su sangre y que no puede estar con nuestro hijo. Está destrozada —asegura Alan muy frustrado.
—Todo pasará pronto —dice Aria que se acerca a saludarlos. Ella es la prima de Alan y la segunda hija del doctor Romero.
—¿Qué haces aquí? —pregunta su tío.
—Los de la organización me enviaron. Dicen que como