—¡Tú no te vas! —ordenó Carl mientras me veía con aquella mirada dominante que me hacía tambalear.
—Carla, por favor —pedí en un hilo de voz.
—¿Qué te pasa? —gruñó ella—, ¿te vas a quedar con este imbécil para que te siga maltratando?
—¿Eh? —solté confundida.
¿Que me siga maltratando? Fue lo que me pregunté, ¿Carl me estaba maltratando?
Vi a Carla tomar mi bolso, me iba a llevar lejos de Carl, pero él no lo iba a permitir hasta que vio que un chico moreno, más alto que él y bastante fornido se acercó a Carla y le rodeó la cintura. Así que Carl, para no hacer un espectáculo allí, decidió dejar que me llevaran lejos de él.
Maltrato. Carl me maltrataba. O al menos eso era lo que Carla intentaba explicarme.