Era el inferior quien vino a entregar el bolso de Senona.
Senona la recogió, le dio las gracias y llevó a la habitación.
En cuanto a la conversación entre Juliana y Fermín, ella no podía intervenir.
Juliana dejó de observar la habitación, con una sonrisa en el rostro, y bromeó con Fermín: —La habita