—¿Qué le pasa?
Ellen miró en la dirección en la que se fue, tomando el móvil.
Juliana también se sobresaltó y se quedó inmóvil al oír el portazo.
—No lo sé —sacudió la cabeza, preguntó a Ellen en voz baja—. ¿Le has molestado cuando salí?
—Cariño. ¡Cómo me atrevo! Tú eres la única que se mete con él