Juliana se sorprendió al escuchar la noticia, pero no tuvo tiempo de preguntarle a Antonia qué había sucedido. Se obligó a calmarse.
— Mamá, por favor, no te preocupes. Voy a buscar las llaves del auto, y nos dirigiremos al hospital de inmediato.
— Yo los llevo, yo los llevo. Sobrina, quédate con t