—¿Quién le tiene miedo?— murmuró Diego en voz baja.
Aunque se quejaba, simplemente no quería perder tiempo con Manuel.
Pero la provocación tuvo su efecto.
Aunque Diego se quejó, se puso de pie desde la silla y le lanzó una mirada a Manuel.
Manuel, al ver esta reacción, sintió un alivio momentáneo.
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