Al ver esta escena, Mauricio se sintió ansioso, temiendo que Juliana pudiera llorar. Rápidamente se acercó para consolarla.
—De verdad, estoy bien. Mira mi herida—dijo él, sacando su brazo de debajo del abrigo, mostrando una capa ligera de gasa.
Aún podía moverlo con facilidad, lo que indicaba que l