<>.— ¿Qué tanto miras? — Pregunta la castaña terminando de peinar el rubio y alocado cabello de su hijo menor a quien está preparando para el cumpleaños número nueve de su hermano mayor Sebastián.— Al amor de mi vida — Las mejillas de la castaña se tiñen sin poder evitarlo. — A la mujer más hermosa de todas — Se levanta. — A la madre de mis hijos —Camina hacia ella quien se encuentra frente al espejo. — A la persona con la que deseo pasar el resto de mi vida — La abraza por detrás y besa su nuca.— Santiago, nuestro hijo menor está aquí, compórtate — Lo mira a través del espejo.— ¿Damián, campeón, por qué no vas a desayunar con tus hermanos mientras yo ayudo a mamá a prepararse?— ¡Sí! — Se levanta del banquillo y sale corriendo.— Santiago,