Extrañar es una palabra tan corta, vacía, para un sentimiento tan grande como querer algo que no está o no volverá.
Es un golpe muy duro, como si dos carros colisionaron por detrás y delante de mi cuerpo, estar parada frente a las lápidas de mis padres. Es tan irreal saber que ellos están justo ahí, al frente, bajo tres metros de tierra. Pero lo es, ellos están allí, y no puedo cambiarlo ni dejar de verlo.
Es un día nublado, tan gris como mi animó, y tan frío como tenia las manos después de coger un ramo flores. Crisantemos y claveles, las flores favoritas de mamá, el mismo ramo que papá le llevaba cada aniversario de bodas, el mismo que sonreía al ver y colocaba como centro de mesa. Ahora esos recuerdos, de mi infancia, con ellos felices, se sienten tan lejanos, como si fueran producto de mi imaginación.
Me inclino sobr