En casa de los Herrera.
Sofía sabía que no podría llevarse a Francisco de aquí ella sola, así que llamó a Hernán a primera hora.
Alonso se mantuvo a distancia y se dio cuenta de que ninguno de los guardaespaldas podría someter a Francisco.
Hizo que uno de los guardaespaldas apuntara a Francisco con una pistola.
Sofía se asustó tanto que gritó: —¡Papá, no!
«¿Qué van a hacer, matar a mi hermano? ¡Cómo puede ser tan cruel!»
Sofía intentó correr a detener al guardaespaldas, pero otros dos se lo impidieron.
Justo cuando ese guardaespaldas estaba a punto de disparar, Hernán llegó y disparó su arma para hacer que los guardaespaldas dejaran de moverse.
Después de eso, Hernán levantó su arma hacia Alonso y le dijo con una sonrisa: —Sr. Herrera, le aconsejo que no actúe precipitadamente.
Miró al guardaespaldas con la pistola, dijo: —¡Baja el arma o dispararé primero a tu jefe!
El guardaespaldas bajó el arma enseguida, —Cálmese, es una pistola tranquilizante.
Hernán miró a Sofía, —¿Est