La joven corre con el corazón martillando con fuerza. Con su cuerpo y manos abre camino en medio de matorrales que hieren su tersa y delicada piel, haciéndola sangrar, más ella no resta atención a esa insignificancia. Su vida pende de un hilo. La debilidad y el dolor atusan fuerte. Vuelve y cae. -¡Ah! - gimió de dolor. Con sus manos temblorosas y sucias se tapaba los ojos. El sol los lastimaba han sido muchos días que estuvo en cautiverio. Se encuentra confundida en el espacio y el tiempo. Da profundas inspiraciones pero el aire quema con brusquedad sus pulmones. Trataba de acostumbrar sus sentido y de ordenar a que siga a su tembloroso y débil cuerpo. Los días que estuvo atada y encerrada están mostrando sus estragos. Sus ojos enfocan al hombre que le habla. -¡Corre!- le grita Leo al verla ahí parada, inmóvil, están a punto de ser asesinados por eso la apremia que corriera- ¡Susy corre, corre! El hombre al ver que ella no se inmuta la toma de la mano y halándola la obliga a correr. Y comienzan correr sin parar, es una carrera para guardar sus vidas.
Leer másLa joven corre con el corazón martillando con fuerza. Con su cuerpo y manos abre camino en medio de matorrales que hieren su tersa y delicada piel, haciéndola sangrar, más ella no presta atención a esa insignificancia. Su vida pende de un hilo.
La debilidad y el dolor atusan fuerte. Vuelve y cae.
—¡Ah! — gimió de dolor.
Con sus manos temblorosas y sucias se tapaba los ojos. El sol los lastimaba, han sido muchos días que estuvo en cautiverio. Se encuentra confundida en el espacio y el tiempo. Da profundas inspiraciones, pero el aire quema con brusquedad sus pulmones. Trataba de acostumbrar sus sentidos y de ordenar a que siga a su tembloroso y débil cuerpo. Los días que estuvo atada y encerrada están mostrando sus estragos.
Sus ojos se enfocan en el hombre que le habla.
—¡Corre! — le grita Leo al verla ahí parada, inmóvil, están a punto de ser asesinados por eso la apremia que corriera— ¡Susy corre, corre!
El hombre al ver que ella no se inmuta la toma de la mano y jalándole la obliga a correr. Y comienzan a correr sin parar, es una carrera para guardar sus vidas.
Las ramas de los arbustos lastiman sus rostros. Las espinas desgarran las carnes de los muslos de Susana, causándole dolor intenso, las heridas comienzan a sangrar. No pueden detenerse, pronto los alcanzarán.
A lo lejos se escuchan voces, esas voces que la han estado aterrando por muchos días.
Ella cae de rodilla y rueda llenándose todo el cuerpo de tierra, hojas secas. No puede respirar. Su respiración es entrecortada. El pánico la está dominando. Su boca y garganta seca no le permite bajar saliva causándole tos.
—Espera— dice entrecortado tosiendo y tratando de llenar sus pulmones. Cálidas lágrimas corren por su rostro dejando zanjas de mugre. Sus pulmones se llenan de manera rápida de aire, pero igualmente es expulsada causando un fuerte dolor —no puedo más— logra decir de manera entre cortada— vete tú y busca ayuda.
El hombre al ver que ella cayó se devolvió con rapidez y la tomó por las manos para obligarla a levantarla, pero ella con su cuerpo pesado permanece echada en el suelo.
—¡No Susy! —se agacho a su lado y toma su cara entre el hueco de sus manos— ¡Tienes que poder! ¡Todo esto lo hice por ti!
Ella lo miró con amor infinito y sacando fuerza donde no había, se levantó. Tenían que seguir adelante. Él, rasgó la manga de su camisa y amarró su pierna, para evitar que siguiera sangrando.
Los ojos de la joven parecieron platos al ver cómo manaba sangre de la herida.
—¡Te hirieron! — grito ella aterrada. Él con las manos ensangrentadas tomaba el pedazo de tela y se hacía un torniquete para detener la sangre.
—No importa, mi amor— él contestó mientras tomaba la mano de Susana y seguían corriendo.
A lo lejos se escuchaban unos ladridos de perros y voces de hombres en persecución. Eran varios enfurecidos, maldecían a la pareja que estaban persiguiendo. Un grito se escuchó a la distancia.
—¡Van por allá! — un hombre gritó y en segundo llegaron otros más.
Segundo después se reunieron varios y estos traían perros de caza y los sujetaban con fuerza.
—Al traidor de Leo — respiraba un hombre iracundo— lo quiero vivo. Quiero matarlo con mis propias manos— pausó— y a ella se las doy para que hagan lo que quieran.
¡Atrápenlos!
La pareja corría tomados de las manos y aunque sentía que iba a desfallecer no podían detenerse. Él sentía fuego en su pierna por el dolor, no podía darse el lujo de debilidad, tenían una oportunidad para salvarse, solo tenían que llegar a la carretera, pero faltaba un kilómetro y pronto iba a oscurecer, todo parecía estar en contra de ellos.
Había una muy pequeña luz en el camino, cuando ya todo lo veía perdido, Leo se dio esperanza, aunque ahora estaba muy herido y podía morir debía esforzar más su cuerpo.
¿Podrían los dos salir de ese precipicio de muerte? ¿Ella lo amaría después de todo el daño que él le causó? ¿Resistirá el amor nacido entre las cadenas del cautiverio?
Historia registrada en Safe Creative.
Código de registro: 2007314909379
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Prohibido la copia, adaptación o continuación a parte de esta historia.
EpílogoSusana vestida de forma elegante y muy feliz baja los escalones de las escaleras de casa en Nuevo horizonte. Llevaba un hermoso vestido largo, con lentejuelas que bordean el escote profundo en la parte de la espalda en color blanco marfil. Este resalta el color de su cabello castaño claro y en sus manos un gran ramo de flores.Su padre la mira con mucho orgullo y se coloca delante de ella con el brazo en recogido y le sonríe.— ¡Estas hermosísima! — dice el orgulloso y feliz padre.Ellos caminan por un pequeño senderito hasta llegar al altar y allí frente al arco de flores esta él con uniforme de gala.Marcos el cual sonríe complacido. La miraba maravillado, alegre porque al fin podrían estar juntos.—Te entrego mi más valioso tesoro— dice el padre de la novia al futuro esposo.Los ojos
El padre de Susana estaba lívido por aquella información. El hombre que él creía integro, amable y leal era un maldito manipulador. Él se había encargado de hablar incansablemente de lo malo que era el policía y de todo el daño que este le hizo a Susana en el cautiverio.Tanto había martillado el hombre en el clavo que lo enterró profundo. Tanto repitió su mentira que él y su esposa le creyeron a ojos cerrados cada una de sus palabras.— ¡Estúpido! — murmuro el hombre. Así era como se sentía. Caminaba hacia la habitación del desgraciado que casi hace matar a su única hija.Llego a la habitación de Richard y la madre de Susana hablaba hasta por los codos de la boda que se realizaría en unos pocos meses.Él la miro y respiro profundo. Ahí iba a estar el problema más grande.
Susana despertó y más tranquila sus padres le informaron lo que sucedió y de que ya no volvería ser agredida por Rita. Y que la mujer solo era una desquiciada por un trauma que sufrió cuando era niña.La habitación de la joven se encontraba a rebosar de flores y de regalos que amigos muy allegados y familiares le traían al preguntar por su bienestar. Ha pasado un sin número de personas a visitarla, pero la persona que ella quiere ver es a Marcos y él no ha venido en ningún momento.Con el corazón triste solamente suspira y lo espera con ansias.Llegan varios oficiales a la habitación en donde se encuentran varias amigas de ella y sus padres.— ¿Cómo estás? — pregunta Sanabria, complacido de verla bien. Se notaba un mejor color y un hermoso brillo en los ojos miel.— ¡Bien! — sonríe tí
El teléfono de Susana era especial ya que con solo presionar una tecla él enviaba una señal que alertaba a Sanabria y a Marcos. Rápidamente llegó la policía y cerraron el lugar, pero ya Susana había desaparecido.La policía Carmen fue trasladada a urgencias, la bala le dio en el pecho, pero no causó graves daños.Sanabria era el líder de la operación y marcaban las zonas, veían las cámaras de seguridad, estaba confirmado fue Rita Sofía Benavides alias Rita Márquez, fue la que plagio a Susana Ávila.Marcos llegó en compañía de Matilde, ella se ofreció ayudar a capturar a su hermana.Él vestía con una camisa blanca y un chaleco blindado y la placa en el pecho y pantalón negro.En el capó de uno de los carros con un mapa planifican la operación.— ¿C&oa
Sofía ardía por la furia de saberse rechazada por primera vez por un hombre. Ella era seductora y humillaba a los hombres con el sexo. Pero frente a ella estaba uno que no podía doblegar a su voluntad. Él tenía una voluntad de hierro.— ¿Por qué, ¿no? — grita Sofía al sentir el rechazo que Marcos le hacía — ¡Te odio! — alzaba la voz.Él simplemente suspiro para desahogar su disgusto. No le gustaba que esa mujer lo tocara ni siquiera por error.—Pero ¿Qué te pasa? — fingía — solo quiero tener sexo con una mujer que sea para mí solo— miraba las reacciones que esta hacia — tu mejor que nadie sabes lo exigente que soy — por eso abandone a Susana, ella estaba con el Richard — mentía.— «¡Maldita Susana! »— pensó la mujer furiosa.
Carmen desesperada llegó donde la madre de Susana para pedirle ayuda. Esta le prometió ayudar y cuidar a su hija y esta idea le gusto a la madre de Susana. Le dio el hospedaje con la condición que cuidara a su hija y la estuviera informada si algún policía iba a visitarla. Esta le prometió que así lo haría.Carmen y Susana se hicieron buenas amigas. Ella por necesidad y Susana por compañía. Cierta mañana Carmen se levantó muy temprano y preparó el desayuno para las dos.El olor impregnaba todo el apartamento. Susana, salió del baño, ya vestida lista para ir al trabajo en la cafetería y luego a la universidad. Esa era la rutina de todos los días.— ¿No vas a desayunar? — preguntó Carmen al verla tomar su bolso.— ¡No! — la miró y vio como si la hubiera ofendid
Último capítulo