Lorraine continuó comiendo sin prestar atención Thomas, quien no dejaba de lanzarle miradas lujuriosas y atrevidas. «No lo mires o caerás en su juego», pensó mientras masticaba rápidamente y mantenía su vista lejos del rostro de su cínico ex jefe.

Por su parte, Walker notó que ella lo ignoraba a propósito, así que luego de un rato se rindió y decidió mantener su concentración en la charla con Mercy, quien se mostraba bastante accesible, en comparación con Joseph, quien le lanzaba miradas rabiosas.

De esta manera, el almuerzo transcurrió con tranquilidad, hasta que, luego de un rato, Lorraine terminó de comer y se levantó en silencio para llevar sus trastos a la cocina, lo cual tomó por sorpresa a sus familiares, quienes compr