Aurora no podía hablar, solo podía expresar su afecto con su gesto.
—Buena niña, mamá ha vuelto.
Regresaron a la cabaña de bambú y Mónica también despertó.
Anoche, para evitar que llorara y molestar a Diego, Fernando decidió golpearla hasta dejarla inconsciente.
Al ver a la persona en la espalda de Lucas, ella lloró y se acercó. —Hermano Diego, ¿cómo estás? ¿Cómo pudiste dejarme y marcharte? ¿Me llevarás contigo?
Una voz fría y helada se oyó: —Si sigues lloriqueando, sal de aquí. Estás siendo muy molesta.
Mónica abrió la boca. Originalmente iba a llorar, pero después de ser reprochada, se quedó atónita. Parecía muy ridículo.
Fue entonces cuando notó a una mujer desconocida a su lado y preguntó: —¿Quién es ella?
—Mónica, ella es la médica que puede curar al jefe. Debes mostrarle respeto. —Lucas, temiendo que ella se comportara arrogante y ofensiva, la instó rápidamente.
Aunque Mónica era altiva y orgullosa, tenía un corazón sincero hacia Diego. Haría cualquier cosa por él si fuera para