El asunto con el abuelo era un misterio para Teresa. Era evidente que Daniel ya consideraba a la familia López como su posesión.
—Tía Sonia, tú y papá se divorciaron hace mucho tiempo y, en teoría, ya no eres parte de la familia López. La familia López te ha cuidado durante todos estos años, y ahora que mamá ha regresado, ella es la verdadera señora López. Si yo fuera tú, me iría voluntariamente para evitar hacer el ridículo.
—Dani, ¿cómo puedes hablarle así a tu tía Sonia? Hermana, este niño ha sido consentido por mí desde que era pequeño. No te tomes en serio lo que dice, este es tu hogar y puedes quedarte todo el tiempo que desees, nadie te echará.
Ángela dejaba claro su posición, buscaba asegurarse un lugar y aprovechar las oportunidades que vendrían si lograba entrar. Frente a Alberto, tenía que mostrarse tolerante.
Teresa cruzó los brazos. —La manzana no cae lejos del árbol. Quiero ver cuánto tiempo pueden quedarse ustedes.
Dicho esto, Teresa se dio la vuelta y se marchó, seguida