— Llego la hora de volver a la realidad — le digo apoyada sobre el marco del portal de mi departamento mientras que él sostiene su cuerpo inclinado sobre el mío con la mano que está apoyada sobre la pared a mi lado. La forma en la que me mira refleja sus ganas de volver a estar piel a piel como si lo de ayer y lo de esta mañana no hubiese sido suficiente.
— Me encantaría tenerte un mes solo para mí...— Dice acercándose peligrosamente a mi boca.