27. Un Destino y Dos Vidas
Narra Alex...
Llegamos a la casa y la veo con el semblante pálido y la pierna temblando debido al dolor. Por un momento, sentí nuevamente el miedo de perderla. Por más entrenamiento que ella se someta, no quiere decir que sea inmune a la muerte.
La tomo en mis brazos y la llevo hasta mi despacho. La hago sentar en el sofá para luego tomar el botiquín de emergencia.
— ¡Sácate la ropa! — Ella abre los ojos como platos.
— ¿Es broma, no? — pregunta en tono inseguro.
— ¡No, no lo es! Vamos, es para hacerte las curaciones. Además, ya he visto todo lo que ocultan estos trapos — balbucea, pero no logro escuchar lo que dice. Desprende la cremallera de su pantalón y se queda con las bragas, lo que daría para ponerla encima de mí y hacerla mía una vez más.
Pero le prometí que no la forzaría nuevamente y esperaría a que ella me pidiera hacerla mía. Después de unas horas, le he hecho las curaciones y la ayudo a llegar a su habitación.
— ¡Descansa! Mañana estarás mejor — me inclino para besar su f