15. ¡Soy libre!
Narra Rubí
No sé exactamente cuántas horas hace que estoy aquí; caminando como una verdadera
demente, pero esta desesperación está por volverme loca. Veo que ingresa el pelirrojo
con una bandeja de comida.
—Debes comer, desde que llegaste aún no has probado bocado —me dice de manera
tan gentil, pero para ser honesta no siento la necesidad de probar bocado. Me acerco a la
mesa, mientras que él pone la bandeja en frente mío.
—¡No me lo tomes a mal, pero no tengo hambre! —lo digo temerosa al ver su reacción
mientras que me observa detenidamente.
—No te preocupes, comprendo que no estés de ánimo de comer, pero si aprecias lo
poco que he hecho por ti, al menos comerás un poco. —dice, para luego tomar una silla
y sentarse en la dirección opuesta a donde estoy yo. Para no dejar mal parada a Katia y
no ser maleducada tomo la otra silla para sentarme y empezar a comer, doy mordidas a
la hamburguesa, mientras observo las cámaras de seguridad, en realidad no me siento
tranquila, pues sé que me