Clara terminó de cuidar la herida de Felipe y, tras pensarlo un momento, se levantó y fue a la cocina. Volvió con dos botellas de cerveza fría y le lanzó una a Felipe mientras ella abría la suya.
Sin embargo, antes de que Clara pudiera darle un trago a su cerveza, Felipe le arrebató la botella de la mano con brusquedad y le dijo con voz dura:
—Tú no puedes beber.
Clara frunció el ceño y respondió:
—Solo quería acompañarte a beber porque noté que estabas molesto.
—Entonces tú tampoco puedes beber —replicó Felipe, abriendo la botella y tomando un largo trago.
Clara se quedó sin palabras y preguntó:
—¿Por qué?
—Cuando bebes te vuelves loca —respondió Felipe.
Clara suspiró y pensó que no valía la pena discutir con él hoy, considerando que se había lastimado por su culpa. Cambió la cerveza por una lata de refresco y se sentó para acompañar a Felipe mientras él bebía. Luego, decidió iniciar una conversación.
—¿Nunca tuviste una relación amorosa con Emilia? —preguntó Clara.
Felip