El día del rescate
Inhalo profundo. Desde que esta chica apareció en mi vida, mi mundo ha dado un vuelvo completo. No sé qué demonios me está pasando, pero siento una necesidad imperante de protegerla, de no apartarme ni un solo segundo de su lado. ¿Qué me está pasando?
―No, no me toquen
Susurra en medio de su inconsciencia.
―Esta chica necesita atención psicológica, Massimo, ha sufrido lo indecible durante todo el tiempo que pasó en cautiverio ―me indica, Gabriel, al terminar la evaluación―. Si la trasladamos a mi clínica, podría mantenerla vigilada y solicitar la asistencia de diversos especialistas para que hagan un estudio más profundo y completo. La hospitalizaremos durante el tiempo que sea necesario.
Antes de que pueda pensar de forma racional mi respuesta, las palabras se escapan de mi boca como si fuera una respuesta natural.
―No, se quedará aquí en casa.
Al darme cuenta de lo que he dicho, me quedo paralizado.
―¿Comprendes que lo que acabo de sugerirte no se ha tratado de una