Cata me llamó a decirme que llevara ropa de mi Bodoquita, más bien tengo que llamarla Bodocota, mi hija era un masmelo, no le siento los huesitos de lo gordita que estaba. ¡Amo a mi hija! Hoy dormiremos en la casa de mis suegros para no despertar a Hadassa, y tienen razón.
Voy con mi abuela a la finca las Reinas por la señora Rochi; mi abuela se quedará con Hadassa y la abuela Rochi a cuidar a Viviana. La señora Samanta se irá con nosotros a la clínica. Bajamos del carro, saludé a la abuela Rochi, estaba preocupada.
—¿Qué pasa Rochi? —Le preguntó mi abuela.
—Me asusta. —dije.
—¡Ay mijo! ¡Qué Chila anda toda rara! Hasta anda pidiendo que inviten a todos a cenar porque ya la muerte la está rondando. —arrugué la frente.
—¿Dónde se encuentra?
—En todo el día se la ha pasado de la cocina a los establos. Henrry se fue al estudio a llamar a todos.
—¿Creen en lo que ella dice? —volvió a intervenir mi abuela.
—Esta mañana el pájaro la despertó y lo reprendió, al mediodía el pájaro le cantó mie