¿Ha sido agradable tu paseo en medio de la noche? – le dijo con el enojo impreso en la voz.
No estaba paseando. – respondió ella, esforzándose como nunca para parecer tranquila.
¡Vaya! ¿has decidido ser sincera y admitir que estabas buscando la manera de irte?
No estaba buscando la manera de irme, a menos que el cobertizo sea en realidad una nave que pueda usar para escapar. – replicó burlonamente.
¿Qué hacías allí? – preguntó ignorando la burla.
Pregúntaselo a uno de tus gorilas. Ahora si me disculpas tengo mucha hambre, veré si Lola ya ha servido la mesa. Y por cierto no es tan tarde como para dar un paseo. Ah, se me olvidaba ¿quién es el jardinero? Quiero hablar con él.
¿Acaso me dirás que te has resignado a estar aquí? – preguntó Máximo con los ojos entrecerrados.
Claro que no, pero no tengo muchas opciones ¿verdad? He recordado el huerto como ya te habrás imaginado y prefiero pasar el tiempo allí que contigo.
En eso no has cambiado por lo visto.
¿A qué te refieres? – dijo confusa