—Enzo Di Rossi —

No entendía lo que pasaba, pero las palabras de Alma me habían destruido, ella dijo que me iba a escuchar, pero en un abrir y cerrar de ojos cambió radicalmente. Necesitaba salir de ahí, verla llorar y gritarme mentiroso me partió el corazón, pero eso era lo que había sido, le había ocultado la verdad, por miedo a perderla y ahora no había vuelta atrás, ella me había sacado de su vida.

—Enzo ¿Dónde mierda vas?— escucho a Jex gritarme y acelero el paso, no quería seguir ahí y menos hablar con alguien.

—Perdóname, Jex, pero no podré quedarme, Alma…

—Supo que eras Valente ¿No?

—Que tonto soy, obviamente lo sabías.— digo con una mueca de sonrisa.

—Por supuesto, soy su jefe de seguridad.

—Ahora, ella me odia.— digo frustrado.

—Tranquilo, galán, ya se le pasará, esa loca deschavetada está hasta el tuétano por ti, no sé que habrá pasado entre ustedes dos y menos cómo fue que se enteró, pero dale tiempo a que asimile las cosas. Ya verás que tengo razón y entiendo que