Zane tardó hora y media en hacer por fin sus necesidades. Cuando terminó, cogió su sudadera y estaba a punto de ponérsela cuando se le ocurrió una gran idea.
Sonrió satisfecho mientras se miraba en el espejo. Así que Kiara estaba intentando hacerse la difícil, ¿no? Él iba a ver hasta dónde estaba dispuesta a llegar.
Como ya estaba seco, corrió rápidamente al baño y se roció agua en el pecho. Recordó cómo Kiara no podía resistirse a él cuando estaba mojado.
Después de hacer eso, sonrió a su apariencia en el espejo y luego salió solo para encontrarla durmiendo en el sofá.
Él gruñó ligeramente, entonces dejó salir un suspiro antes de caminar hacia ella. La miró fijamente y al instante quedó hipnotizado por su belleza. Seguía siendo la chica más hermosa que había visto, sin lugar a dudas.
Se acercó y estiró la mano para tocarle la cara, pero en ese momento ella abrió los ojos bruscamente y le apartó la mano con el ceño fruncido.
"¡Ay! ¿Puedes calmarte, mujer?". Ella frunció el ceño.