Capítulo 25

Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas...  digo son buenas.

— Mé-Mérida — la llamo,  trago grueso — Ven, acá está tú pijama.

— Por el amor a Zeus...  digo la Diosa Luna — susurro con los ojos cómo platos — Estás un poco tomada,  debes dormir.

Cómo puedo tener buenas intenciones sí Mérida,  mí Luna,  está frente a mí sólo con su blusa tapando tapando su parte superior,  bajo la mirada a sus torneadas piernas — Ni siquiera me dí cuenta cuándo sé quito su pantalón — pienso,  siento mi boca seca al verla con sus bragas negras tapando su intimidad — Mérida,  tu-tu pijama — mascullo ofreciéndole la prenda.

— Lobito,  lobito — apreto la pijama con mis dedos tratando qué no pasen a garras por llegar a mís fosas nasales el olor de excitación de Mérida,  siento como mi temperatura corporal comienza a elevarse en respuesta a ése exquisitos aroma — Debes

Leia este capítulo gratuitamente no aplicativo >

Capítulos relacionados

Último capítulo