Capítulo 68: Omega ingenua.

—¿Cómo hiciste para saber que tales marcas eran de nacimiento? —continuó Alfa Rezef, indagando ante su insaciable curiosidad.

Con una expresión inocente de sorpresa, su cuñada, Liza. Habló:

—Alfa. La niña me lo dijo, ella… Es una cachorra adorable, algo testaruda, caprichosa y siempre parece estar con la guardia en alto alrededor de su hermanito… —sonrió la Omega Liza, mientras recordaba lo sucedido— Ella dijo que eran marcas con las que nacieron, que eso dijo su madre. Pero al preguntarle más del tema, el cachorro ciego la tomó del brazo y ella no habló más.

Un brillo de sorpresa se mostró en los ojos grises claros de ese Alfa.

—¿El cachorro ciego hizo eso?

Liza asintió.

—Lo hizo, Alfa. Además… Cuando le quité el vendaje, él no abrió sus ojos, le pregunté a la niña Connie, por qué su hermanito nunca abría los ojos, ella respondió "le duelen". Nuevamente no me dio más detalles.

Liza no era tan tonta como todos en la manada lo creían.

Inclusive ese Alfa lo sabía.

El
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