91. Instinto paternal
Los cachorros, aparentemente conscientes de la atención, se acercaron a Malcolm, olfateando tímidamente sus botas. Él se agachó, extendiendo una mano para que pudieran captar mejor su olor.
—Hola, pequeños —susurró con una sonrisa.
El cachorro que Malcolm identificó como Zacary fue el primero en acercarse más, olfateando su mano con cautela. Luego, para sorpresa del Alfa, el pequeño lobo emitió un suave gemido y frotó su cabeza contra su palma, buscando contacto.
Lyra, más impulsiva, dio un pequeño salto y apoyó sus patas delanteras en la rodilla de Malcolm, mirándolo con ojos curiosos mientras su cola se agitaba de un lado a otro.
—Les agradas… —comentó Josephine, observando la escena con una intensidad que Malcolm no comprendió del todo.
—Y ellos a mí —respondió, acariciando el pelaje suave de ambos cachorros—. Son... especiales.
Algo en ese momento, en la conexión instantánea con los pequeños lobos, despertó un impulso dentro de Malcolm. Sin detenerse a pensarlo demasiado, se levant