Apoyo mi frente en su hombro, cerrando los ojos, buscando en su cercanía un destello de redención.
—Enséñame a amarte, Liebling —susurro—. Enséñame cómo hacerlo sin arruinarlo todo.
Aisling guarda silencio, pero puedo sentir la tormenta dentro de ella. Sé que está debatiendo consigo misma, entre s