—¿Qué? —Thea levanta la cabeza, indignada, aunque sigue limpiando mis heridas con cuidado, procurando no dejarse llevar por el enojo para no lastimarme más—. ¿Cómo sucedió? ¿Cómo llegaste ahí y por qué terminaste así? Cuéntamelo despacio.
Tomo aire otra vez; mi barbilla y mis labios tiemblan. Solo