Capítulo 0130
De repente, mis pulmones arden. Me falta el aire, y el corazón me sube hasta la garganta. Un sentimiento extraño e inquietante me araña el pecho.

Veo a Gerd y a los hombres de Alaric aparecer, no solo con su equipaje, sino también con otro conjunto de maletas, de un tono que coincide con el estilo
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