—Aisling —La voz profunda de Alaric rompió el silencio, suave pero cargada de advertencia.
Ella se quedó inmóvil, su mano aún sobre la piel caliente de su abdomen, sus ojos encontrándose con los de él. Un destello oscuro cruzaba su mirada, y aunque no había reprensión, podía sentir la tensión en el